CASOS
DE EXPERIMENTACION CON SERES HUMANOS
PRIMER CASO: Experimentos en Humanos con Válvulas de
corazón
En 1978 el Dr. José Luis Castillo-Olivares Ramos y el Dr.
Diego Figuera Aymerich inventaron unas válvulas cardiacas artificiales que
sustituirían a las enfermas, el modelo era muy distinto a las existentes en el
mercado sanitario por aquellas fechas.
Para la realización de los primeros experimentos de válvulas
cardiacas hicieron una estructura de material plástico, concretamente de
teflón, del tamaño de una moneda de un euro aproximadamente, forrado con una
malla de dragón. A esta estructura se le unían unas membranas de material
biológico de cadáveres. La primera experiencia fue en 60 personas con membranas
de Fascia Lata, que fallaron a los pocos meses, a continuación utilizaron
membranas hechas de arterias sin conocer el numero de pacientes a los cuales se
les fueron implantadas. Posteriormente a principios de los años 80 utilizaron
como membranas Duramadre de cadáveres, que es el velo que cubre las meningues
del cerebro de los seres humanos y se implantaron a 800 pacientes, a este
modelo le incorporaron un anillo de acero unido a la estructura de Teflón para
que con la presión no se deformase.
En el expediente entregado por el Ministerio de Sanidad no
consta en ningún documento que diga que estos tejidos biológicos conseguidos de
cadáveres se les curtiese para que no degenerasen, por el solo hecho de ser
tejidos sin vida, ya que se les iba someter a constante contacto con el riego
sanguíneo de los seres humanos a los que se les implantaba el nuevo invento.
SEGUNDO CASO: La serie de experimentos con seres humanos más grande de la historia
La Operación
Whitecoat, llevada a cabo por los Estados Unidos, es hoy día considerada
como uno de los experimentos con humanos más grandes de la historia. En plena
Guerra Fría la posibilidad de un ataque bacteriológico por parte de la Unión
Soviética era considerada como algo muy probable, razón por la cual el
Departamento de Defensa de ese país y otros organismos gubernamentales
comenzaron a diseñar varios planes de creación acelerada de antibióticos y
vacunas efectivas para varios agentes infecciosos sin cura conocida.
Obviamente
para esto necesitaban probar dichas vacunas en personas enfermas, personas que
debían ser registradas y observadas durante todo el proceso para así obtener
mejores datos. La primera respuesta sería utilizar soldados, razón por la cual
el programa tendría base en el fuerte Detrick, en Maryland. Razón por la cual,
tras acondicionar las instalaciones del mismo, hombres jóvenes, muchas veces
reclutas, serían expuestos a todo tipo de infecciones. Infecciones que iban desde la fiebre
amarilla, la hepatitis A y la tularemia hasta incluso la encefalitis equina.
Tras ser infectados, eran puestos durante un tiempo en vigilancia y luego
suministrados con la “cura” experimental. Todo supervisado ante
la atenta mirada de los científicos involucrados en la operación.
No obstante,
rápidamente los soldados comenzaron a revelarse y a negarse a ser infectados,
por lo que se organizó un masivo paro general a manera de sentada. Con sus
planes detenidos, algo que ciertamente no era aceptable, los responsables del
proyecto rápidamente encontrarían nuevas personas en las cuales probar las
vacunas experimentales. Cristianos adventistas, que por motivos religiosos eran
objetores de conciencia, es decir, se negaban a formar parte del ejército o
participar en guerras.
A unas
aproximadamente 3000 personas se les haría llegar una propuesta diciéndoles
que, ya que no ayudaban al país militarmente, podían al menos hacerlo siendo
parte de pruebas científicas en las cuales serían infectados con distintas
enfermedades y rápidamente administrados con la “cura”. Logrando así conseguir
2300 voluntarios. Entre los cuales, según se reporta, no hubo muertes.
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